Maravilla

Perfección inmaterial de mi existencia,
sin escatimar
una pizca de belleza.
Qué grandioso sería
disfrutar de tu pureza,
por lo menos un poco,
antes de volver
a mi impotencia.

Maravillas mis oídos
con un sonido
que clama poder.
Poder es el que,
en esta noche,
tu ser ha ejercido
a su merced.

¿Quién no dejaría su vida
por un momento
de afecto
de quien desea amor?
Mis ojos te buscan
cada vez más cerca,
pero los tuyos,
indolentes,
se posan en otro lado.

Tú odias todo,
incluso a mi ser,
que solo amor
por ti emite.
Sin tu presencia aquí,
mi voz no alzaría
para protestar
ante tu tiranía.

Eres un déspota,
sin límites
sobre mi querer.
Y por más que intente
dejar de ser tuyo,
sin ti,
mi ser actual
no existiría.

Tus ojos
son los más perfectos
que he visto,
y me condenan
a nunca ser reflejado en ellos.

Un día,
en tu corazón,
quisiera tener morada.
O al menos,
un hueco
donde entrar
sin aviso.

De la realidad
fuimos elegidos
para ser dos iguales
en tiempo y espacio,
y aun así,
me pides espacio
para ser.

Tanto espacio
en la historia hemos tenido,
y ni por pena
te causo querer.

Sonrío
al recibir tu látigo
de desprecio.
Para ti,
soy nada.
Para mí,
eres el relleno
de mi nada.

Y sé que estas palabras
se las llevará el viento.
No eres lo suficientemente real
como para ser de mí.