Legado
ENSAYOS
1/2/20253 min read


Nadie en la historia ha sobrepasado la muerte. Todos, en algún punto de la vida, terminaremos iguales. Desde el primer humano hasta el último, compartimos un destino que no distingue rasgos personales, bienes o éxitos. Todo ser humano ha experimentado el miedo a morir; las razones pueden ser diversas: morir antes de lo que consideran su tiempo, morir sin haber dejado algo, o morir sin haber formado su legado. Diferentes culturas en el mundo interpretan la muerte de distintas maneras: paraísos, vida posterior, reencarnación, muerte definitiva de la existencia o un siguiente paso a una vida superior. Los seres humanos hemos buscado en la creencia la satisfacción de nuestro deseo de prevalencia eterna, impulsados por el miedo a morir.
Muchas de estas creencias tienen algo en común: las acciones en vida. Todo lo que se hace en vida tiene un valor, un propósito, un motivo de ser. Y, bajo diferentes perspectivas, buscamos lo mismo en cualquier lugar del mundo: dejar un legado de acciones que mantengan nuestro ser vivo en la memoria de quienes nos suceden. Se estima que unos 105 mil millones de humanos han vivido, sin contar a los que estamos vivos. Todos ellos han vivido, pero pocos han trascendido su nombre en la historia; pocos han dejado su nombre plasmado en la memoria de quienes han vivido cientos y miles de años después. Esas personas, yo las considero inmortales. Jesús, Mahoma, Moisés, Abraham, Napoleón, Julio César, Da Vinci, Cleopatra, Marie Curie: son nombres de algunos inmortales cuyo legado, y casi su misma vida, permanecen presentes hoy en día y seguirán así hasta el fin del conocimiento humano.
Hombres y mujeres que están en el selecto grupo de inmortales. Mi motivo en la vida es y será formar parte de ellos. Todo ser humano tiene la responsabilidad de contribuir al bienestar de la humanidad. Todo lo que somos se lo debemos a humanos del pasado, y lo que seremos será una mezcla de pensamientos, logros, luchas y trabajo de todos los humanos. Las dificultades del pasado son el combustible que mueve el presente. Hoy más que nunca somos testigos de ello: el internet, las telecomunicaciones, la comida, todos forman parte de un complejo sistema que nos relaciona unos con otros, siendo interdependientes de todos y cada uno de los engranajes del sistema que mueve al mundo.
Algunas personas afirman odiar a la humanidad, lo cual considero un error, ya que es la humanidad lo que nos ha permitido alcanzar grandes logros como llegar a la luna, volar, cruzar océanos y explorar el universo. Amo a la humanidad porque, aunque nadie puede hacerlo todo, todos nos beneficiamos del trabajo colectivo. Mi compromiso con la humanidad es dejar un mundo mejor para quienes me sigan. Hoy en día, millones de personas están destinadas a ser marginadas el resto de sus vidas, sin las oportunidades para demostrar sus capacidades. El mundo, hoy más consciente que nunca, se ha vuelto insensible a la miseria de otros humanos, prefiriendo sentirse más parte de un grupo que reconocer lo que nos ha hecho quienes somos hoy en día.
Mi objetivo en la vida es promover la justicia y la igualdad de oportunidades para todos. Estoy convencido de que, trabajando por una educación universal de calidad, seguiremos avanzando a pasos más grandes que nunca en la historia. Esta es mi meta, mi motivación y la razón detrás de mis acciones. Si no lo logro, seré simplemente una persona más que pasó por la vida. Pero si lo logro, mi nombre será recordado para siempre; no temeré a la muerte, y mi legado será el de un inmortal de la humanidad.