Fracción

POEMAS

12/30/20242 min read

Nadie está obligado a quedar en la indivisión.

¿Quién se quedará con la mayor parte?

Las matemáticas no son exactas cuando el mundo es imaginario.

Imaginario es todo por lo que vive el ser humano.

¿Qué será de nosotros cuando nadie trabaje por dinero?

¿Por qué razón se levantarán?

¿En busca de qué estarán?

¿De dónde hallarán la felicidad?

Quien no se ha aburrido de estar tranquilo no ha vivido.

Vivir el hartazgo de una satisfacción que queda devaluada,

Devaluada por la insatisfacción de la carencia de esfuerzo por beneficio,

Y que anhela la necesidad de esfuerzo por participación aunque sea innecesaria.

Nadie desea todos los días tener aire para respirar.

¿Qué será cuando nada tenga valor?

¿Los diamantes serán usados para pavimentar las calles?

¿La gente echará el oro a las calles para limpiar sus casas?

¿Navegarán yates con velas de seda en sus astas?

¿Qué será cuando la división de tanta abundancia exacta aniquile la vida por la que un día se cruzaron naves?

Será mejor aprender a vender fragmentos de felicidad,

A vender minúsculas partes de sentimientos escasos,

A tener una fracción de amores anticuados,

O tener tan solo una parte de vida plena de emociones de verdad.

Quizás es más escasa una fracción de emoción real en este mundo,

Que encontrar millones de diamantes en el desierto.

Ya no hay nadie que, por su emoción, busque ser perfecto.

Por lo menos no hay nadie disponible en este universo que no hiera por algún defecto.

Por eso busco la indivisión de la persona del hecho perpetuo de la muerte si hay nacimiento.

Todos somos juzgados y condenados a nacer con algo incorrecto,

Y ni siquiera perfecto es quien, antes de nacer, muere.

Incompatibles son a lo único perfecto que en una fracción mísera de existencia crean recuerdos perfectos que terminan dentro del intervalo de vida cuando la reacción nerviosa de su cerebro perece.

Quisiera una sola fracción más grande de lo único invaluable,

Que pueda por siempre tener algo que nunca expira.

Que la fracción de mi ser nunca tenga un cero en alguna parte.

Que mi fracción de tiempo nunca carezca de vida.